sábado, 27 de junio de 2009

MOTORHEAD

Ayer tuve la fortuna de asistir a un gran concierto de estos figuras dentro del Metalway Zaragoza. Estos tipos llevan treinta años siendo fieles a sí mismos, monolíticos hasta en la forma de vestir de su líder, camisa negra remangada y desabotonada, patillazas imposibles y un micrófono que cae del cielo a modo de castigo bíblico, ajenos a las modas, espíritu punk corriendo por sus venas, capaces de machacar treinta canciones en una hora.


Mi amigo Antonio y yo nos quedamos boquiabiertos, como los miles de melenudos que andaban moviendo la cabeza desenfrenadamente. ¡Malditos heavys, arderán en el infierno! Una hora de puro rock desgañitado con la sedosa voz de Lemmy. A mis años y me acabo de hacer de esta pandilla de delincuentes.


Os dejo una pequeña muestra, ya me diréis si no es para enamorarse. Dedicado con cariño a Eduard, que cojea del mismo pie.


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