domingo, 29 de marzo de 2009

(INTIMISMO) EL RÍO...

...discurría plácido a las afueras del pueblo, las aguas limpias de otros tiempos sólo un recuerdo en la cabeza de los mayores, bajo el puente que algunos decían que era romano, más viejo que antiguo, con sus tres ojos, inservibles los laterales, pedruscos, piedras y guijarros apenas intuidos bajo la superficie que en la anaranjada primavera comenzaba a renacer, en el momento en el que tus padres te llevaban a la orilla a celebrar la fiesta del santo, ángeles del cielo reflejados en un cimbreante cristal, la brisa suave del viento fresco serpenteando los juncos de tus cabellos, todo juego y canciones para recibir el buen tiempo, las faldas florecidas de las muchachas que dejaban entrever unas pantorrillas todavía presas de los calcetines, jóvenes que quisieran ser hombres para descalzarse después de un duro día de trabajo, preparada la cosecha, la esperanza puesta en el incierto y anhelado mañana, y remojar los pies en las estiadas aguas para aplacar el calor demencial del sol de agosto, el rojo que atraviesa la retina, las botellas puestas a refrescar y las sandías preñadas de verano, en las bolsas que se amarraban contra la corriente, manjar de dioses plenos en el cenit de la vida que desafían el crepúsculo anunciado en las caducas amarillas hojas apenas retenidas en los árboles, antes de caer a las arremolinadas aguas abundantes que bravamente escapan a la ribera, ansiosas por esparcirse en las tierras sedientas y que no pasan desapercibidas para el hombre maduro que las contempla apoyado en el tronco descarnado, abatido por el tiempo que todo lo arruina inexorablemente y del que quisiera escapar, correr sin mirar atrás ahora que sólo hay tristes ramas ateridas, desnudas en mitad de la nada, escarcha en la noche estrellada que inunda su pensamiento final, un ser acabado rodeado de silencio y amargura, únicamente sacudido por el entrechocar del agua contra los bloques de granito grisáceo que se perderá más allá de su mirada apagada, detrás de un horizonte que imaginó, desembocaba a la orilla del mar.

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