miércoles, 27 de enero de 2010

PLOF (PE)

…intentando atrapar un sueño. Difícil. En la hora incierta de la madrugada, escasos signos externos que permitan averiguar el momento, sin querer mirar el reloj que desilusione con el cercano amanecer, apretar los ojos, abrazar un cuerpo, dase la vuelta buscando un madero. ¿Es real o no? Te desvisto imaginando que al final hay un premio. No te importará si. Aplastando el culo de la madre del niño, no recuerdo nada. La mente hace dudar entre lo vivido y lo imaginado. Arañado por la rutina del día, tacharlo en el calendario, recoger el archivador, pensar en las promesas del hogar, cerrar el armario. Adiós. Y ya no recuerdo nada más. Unas neuronas cabronas que duermen la siesta mientras el hombre ve cómo se escapa la luz en la pared. Me taparé hasta el cuello, entrelazo mis pies en tu olvido y soñaré que me despierto, que me levanto y me siento a escuchar voces argentinas disparadas a ritmo de jazz. Sonás tan hermoosso. Es ridículo apuntarlo en una libretita anillada en espiral de alambrada concentrada. Ascensores hacia ningún lugar, aeromodelismo en el salón, vino y empanadas. Nos cruzaremos en el firmamento a miles de pies mientras nuestros aviones recorren la distancia entre nubes de alquitrán. Si pudiera escribir te contaría que estoy…

2 comentarios:

Anónimo dijo...

jodo los artistas... sois raros... pero raros-raros.

A veces me das miedo

José Manuel Ubé González dijo...

yo limitaría las empanadas. Cambiesé a las empanadillas.