sábado, 30 de agosto de 2008

SI PUDIERA ESCRIBIR LOS SUEÑOS



Estaba en la parada del autobús, como tantas veces, en la parada que le lleva de vuelta a casa, a la sombra, debía ser por la mañana, y entonces lo vio. "Hola", le dijo con naturalidad mientras le sonreía. Más flaco que la última vez, con el pelo corto, parecía feliz. "Hola, ¿Qué tal?", le respondió, como si aquello fuera lo más normal del mundo. "Estás igual que siempre", mirando hacia el suelo, jugueteando con la punta de su moderno zapato. "Es que llevo el pelo como cuando nos solíamos ver. Pero lo he tenido más corto y más largo", se incomoda un poco, titubea. "Déjatelo largo, seguro que te queda bien". "Me gustó mucho tu último cuento, no pude terminar de leer el libro, ya sabes.Hay cosas que duelen". Entonces nota que algo no va bien, aquello no es normal. "Estás muerto", le dijo en voz bajita. "Eso dicen". Llega el autobús y sube desorientado. Su madre y su hermana están sentadas en un lateral, hombro con hombro en el vacío. Ahora ya no tiene dudas. Es un sueño. Su madre y su hermana están muertas, de eso no tiene duda. Se despierta y coge una libreta de la mesilla en la que escribe que está esperando el autobús, no hace calor y entonces lo ve. Guapo, recién duchado, redondo. Hablan de sus pelos con naturalidad y coge el autobús cuando llega. La madre y la hermana muertas. Ahora sí que despierta. Se da cuenta de que seguía soñando que se despertaba y escribía el sueño, del que haría un cuento que él ya no podrá leer porque realmente está muerto. Me gustaría escribir una canción. Podría decir que "la noche está estrellada". Qué tontería, a plena luz del día. Esto ya lo han dicho y ni estrellas ni nada.Una canción para que tu la cantaras, que empezaría bajito para hacerte cosquillas en la barbilla. Una perfecta canción de amor que nadie más podría escuchar.Una canción con guitarras y violines, que crecen y se retuercen, que se acoplan y resbalan, que se y sé. Dan ganas de volver a la cama y acabar con este dolor, buscar esa parada y ese autobús, mirarte a los ojos y sonreírte como tantas veces, atraparte de la mano para que ya no te vayas, para que te quedes y me hagas una canción, una estúpida y hermosa canción de amor.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Aquí lo tienen señoras y señoritas, Jaloza en su estado ... imaginación, puntos seguidos y final abierto. Yo de usted le preguntaría si ha publicado un libro de relatos ...