Vi un cartel en la puerta de un bar de bocadillos. Antonio Arias, Multiverso. Café Hispano. Pensé que el maestro iniciaba gira en solitario, en plan cantautor con su guitarrica para espacios íntimos. Nunca vi un concierto en el Hispano e imaginaba audiencias maduritas tomando cafés con unas gotitas mientras el líder de Lagartija Nick recitaba sus canciones sobre una silla de mimbre. Error.
Por una de estas casualidades, un día acabé en el myspace de un grupo zaragozano que contaba con Antonio Arias como amigo. Rápidamente cliqué y me encontré de golpe en mitad de las galaxias. Multiverso es la nueva propuesta de Don Antonio, un disco conceptual y que me perdonen, que gira, gravita y levita entre las estrellas y los telescopios. Casi había olvidado la cita zaragozana y a punto estuve de perderme uno de los conciertos más interesantes de los últimos meses.
Clásica formación rockera en escenario de bolsillo y audiencia familiar. Acodado en la barra, a escasos metros de los músicos, disfruté del buen hacer y las ganas de uno de los referentes de la escena musical española de las últimas décadas. No hablaré de Omega ni de Morente ni de Val del Omar ni de Lorca... Todo está escrito ya. Lo que sí me gustaría reclamar es un poco de atención para su última obra, esta singular mezcla de ciencia, poesía y distorsión. ¿Belleza? Una pena que los decibelios en exceso impidieran paladear las sensacionales letras de Multiverso. Leo que las han escrito astrofísicos, poetas, científicos de constelaciones adyacentes a la de Arias. Joyitas engarzadas en polvo cósmico.
Y no es lo que quería contar. Me sentaba para decir que tras el decepcionante Larga Duración me he reconciliado de nuevo con este monstruo de la escena y sus nuevos compañeros de viaje. Que si no sabemos apreciar esta aventura... mal vamos. Con algo más de rodaje la nueva formación puede dar noches de gloria. Mención especial a los dos bises que nos regalaron, una impagable versión de Paperback writer de los Beatles y de un tema de los granaínos Los Ángeles, si mal no recuerdo.
Acabar con mención especial a los teloneros, los zaragozanos El hombre lento, realmente interesantes y con un directo demoledor.
El vídeo es gentileza de gmolino, omnipresente en las actuaciones musicales de la noche zaragozana. El próximo día prometo saludarte y espero que inmortalices mi careto junto al de alguna estrella del rock patrio.
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