miércoles, 31 de diciembre de 2008

"INEVITABLE" DE MARIO VIÑUELA

Saltando de flor en flor, me he encontrado esto. Llevo unos días viendo cine, otra vez. Los caminos se cruzan y te llevan a lugares inesperados. Alguien me habló de un corto, y de otro. Pensé en comprarme una cámara. Yo soy así. Me emociono y me gustaría embarcarme en proyectos que me saquen de la rutina, mira que si... Luego no lo hago, claro. Sólo lo pienso y ya está. No soy un tipo de acción. Yo soy el que mira, el que os mira.

Viendo la historia que os dejo aquí abajo, me acordé de un texto que escribí hace tiempo. Ya me parezco a mi madre, sacando cosas y cosas de la nevera para que tengáis algo que comer. Me ha gustado y no he querido retener el impulso, como tantas veces, de contarlo. A mí me ha sugerido muchas cosas. Si además lo hubiera protagonizado Paula Prendes, no habría podido quedarme más satisfecho.

Silencio.

Luces.Cámara.Acción.





Esto es lo que yo un día escribí, quién sabe si pensando en ti

TE QUERRÉ SIEMPRE, CLARO.

Te querré siempre. Así lo había escrito en la servilleta del bar. Cogidos de la mano, mirándose a los ojos, ella aceptó el reto y se lo puso por escrito. ¿Me querrás cuando tenga sesenta y cuatro años? Claro, toda la vida, eres lo mejor que me ha pasado. Pues pónmelo por escrito. ¿A qué no te atreves? Te querré siempre. Cogió el trozo de papel, lo dobló con mimo y lo guardo en el bolsillo de la camisa, al lado del corazón. Cuando llegó a casa, lo sacó, lo desdobló y con una sonrisa en los labios y ganas de llorar, lo volvió a leer. Te querré siempre. María. 14 de Junio de 1996. Lo metió en la caja de los tesoros, de sus tesoros, la sonrisa paralizada por el sabor de una lágrima. Allí descansaría junto a algunas entradas de fútbol, a otras de baloncesto, a las casi invisibles del cine y a la de los conciertos que le hicieron feliz a lo largo de su vida anterior a María. Así contaba el tiempo, nada de A.C. ni de D.C. María, sólo María. Creía que el compromiso no volvería a salir de la caja. Tanto tiempo buscando y al fin lo había encontrado: El amor. Tenía miedo. No era sencillo ser feliz. Miedo de perderlo y del dolor que eso le produciría. No aguantaría. ¿Y tú? Yo, también. No hace falta que te lo escriba, sé que me crees. No, no... por escrito. Te querré siempre. Lo escribió mientras pensaba que pasara lo que pasara, sería así, aunque no acabaran juntos, él siempre la querría. Una cosa más. ¿Me lo dirás cuando me dejes de querer? Eso no va a pasar. Si pasara... No pasará. No me lo dirá, sé que no me lo dirá. Si se acaba, se acabó. No seas tonto. Bésame. Te quiero y es lo único que importa.
* * *
Encontró la caja que había olvidado y perdido al fondo del cajón, del cajón de su vida en común en el que había encerrado todo lo que quería, todo lo que en otro tiempo amó. Todo.




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