Extractado del prólogo de Alfredo
Moreno Agudo
CHARLIE
PARKER EN LA SALA DE ESPERA
"En esta sala de espera literaria se dan cita dos
maestros de ceremonias, también asimismo dos espectros, que encauzan y guían
esa exploración, ese viaje a lo más desconocido, anhelado y temido de nosotros
mismos. Su obra y su espíritu respiran entre líneas, palpitan tras los
rincones, imprimen su ritmo y marcan el latido de los diez relatos que componen Sentado en una silla helada.
De un lado nos damos de bruces
con el hechizo de La Maga, que tiñe de nostalgia y recuerdo con aires de
película francesa el triste presente de un Horacio Oliveira de nuestro tiempo
que se consume varado en una cama salpicada del polvo de oro del abandono y
que, devorado por el pasado perdido, asume el reto de una nueva búsqueda
infructuosa, de una reconquista dolorosamente fallida, inconclusa,
interminable, derrotada de antemano.
***
En su sala de espera cabe también
el agridulce aroma de lo cotidiano, la pulsión de la realidad social, la
vinculación de los textos con el clima y el tiempo en el que han sido escritos.
En sus páginas se transita amargamente por la crisis económica y la consecuente
marginación y soledad de quienes más la padecen, se hace sardónica burla de los
altibajos de una monarquía cada vez menos de Borbón y más de bourbon, o se retrata la
galopante pérdida de valores humanos y de referentes culturales que actúan como
masilla de una sociedad cada vez más llena de huecos, de agujeros de gruyère, corrupta, miserable,
enferma, desmemoriada e instalada en la desidia impuesta por la velocidad de lo
efímero, por la calculada moda cambiante del consumismo eternamente
insatisfecho, por el tributo a la novedad y la confusión entre cantidad y
calidad, la sociedad del culto al ranking, a la acumulación como valor supremo,
la sociedad del dogma de que “el más” equivale, forzosamente, a “el mejor”.
PRÓXIMAMENTE
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